Una imagen vale más que mil palabras

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Quiero que la primera entrada de ‘Un zoom a mi esencia’ sea para agradecer a la persona responsable de motivar mi pasión. Gracias Agustín por ser mi maestro en esta aventura fotográfica, gracias por confiar en mí porque lograste hacer de mi sueño mi nueva pasión.

Desde pequeña me enamoré de la fotografía, pero la vida me fue llevando por diferentes caminos y fue hasta el día que se cruzó en mi camino y me hizo ver que nunca es demasiado tarde para perseguir una pasión, me motivó, me impulsó. Desde el primer momento que tomé una cámara, me tuvo infinita paciencia y dedicación para enseñarme.

Este primer acercamiento a la fotografía, más allá de llenarme de emoción por haberme reencontrado con mi gran sueño, me hizo darme cuenta que en la vida hay pequeños ángeles que se cruzan en tu camino para dejarte huella y sacar la mejor versión de ti.

En la vida nacemos solos y conforme vamos creciendo vamos expandiendo nuestro mundo. Hoy mi mundo y vida tienen un

equilibrio, estoy plena disfrutando cada aspecto y haciendo lo que más me gusta hacer.

De esto solo me queda decirles que siempre que tengan un sueño no se cansen hasta conseguirlo.

¡Nunca es demasiado tarde para perseguir lo que más les apasiona, ningún sueño es demasiado pequeño para no luchar por él!

 
Jimena Cardenas